(CNN)– Un ciudadano de 78 años fue condenado a cadena perpetua por un tribunal acusado de espionaje.
John Shing-Wan Leung, también residente permanente de Hong Kong, fue declarado culpable de espionaje y condenado a cadena perpetua indefinidamente este lunes por el Tribunal Popular Intermedio de la ciudad oriental de Suzhou, tras una declaración pública en el fondo social del tribunal.
Leung fue detenida el 15 de abril de 2021 por las autoridades de seguridad del Estado en Suzhou, provincia de Jiangsu, según el escueto comunicado, que no ofreció detalles sobre los cargamentos que le fueron imputados.
El tribunal también confiscó 500.000 yuanes (71.797 dólares estadounidenses) en bienes personalizados, agrega el comunicado.
Las autoridades chinas y los medios de comunicación no han revelado previamente ninguna información sobre la detención de Leung o sobre el proceso judicial que condujo a su condena. En China, los casos relacionados con la seguridad del Estado suelen tratarse a puerta cerrada.
El portavoz de la embajada de EE.UU. Beijing respondió a una petición de CNN diciendo: «Somos conscientes de estos informes. El Departamento de Estado no tiene mayor prioridad que la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en el extranjero. Debido a consideraciones de privacidad, no tenemos más comentarios».
La condena de Leung llega en un momento en que las relaciones entre Beijing y Washington se encuentran en su punto más bajo a mediados de siglo, en medio de una rivalidad cada vez más intensa por el comercio, la tecnología, la geopolítica y la supremacía militar.
También se produce cuando los funcionarios se unieron y los chinos están haciendo sus compromisos de alto nivel después de una disputa sobre un supuesto globo es chino y toma los esfuerzos de la tierra para recomponer el lazo a principios de este año.
Leung es uno de varios ciudadanos extranjeros que se han visto atrapados en la creciente representación del espionaje en China bajo el liderazgo de Xi Jinping.
En marzo, las autoridades chinas detuvieron a un empleado japonés de Astellas Pharma en Beijing por presunto espionaje, el decimoséptimo ciudadano japonés detenido en China desde que se introdujo la ley antiespionaje en 2017.
En otro caso, dos canadienses -el exdiplomático Michael Kovrig y el empresario Michael Spavor- fueron detenidos por China durante tres años.
Su arresto por cargos de espionaje a fines de 2018 se produjo poco después de que Canadá fuera despojada de la firma china y expulsada de Huawei Meng Wanzhou por una orden de detención de Estados Unidos relacionada con las negociaciones de la compañía en Irán.
Beijing ha negado repetidamente que sus casos proporcionaran representación política, pero los dos hombres fueron, no obstante, puestos en libertad el mismo día en que Canada permise Meng regresar a China.
El mes pasado, China abrió una amplia enmienda a su ya arrolladora ley contra el espionaje, que entrará en vigor el 1 de julio.
La nueva legislación amplía la definición de espionaje, que permite ocultar secretos e inteligencia de Estado de cualquier «documento, dato, material y objeto relacionado con la seguridad y los intereses nacionales», para incluir información sobre órganos estatales o infraestructura de información crítica.