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Italia ha introducido cambios importantes en los requisitos para adquirir la ciudadanía, impactando sobre todo a los descendientes de italianos en América Latina. Estas modificaciones intentan definir de manera más clara los criterios para la naturalización y prevenir potenciales mal usos del proceso.

Alteraciones en los requisitos para la ciudadanía

Anteriormente, cualquier persona que pudiera demostrar conexión con un ancestro nacido en Italia tras 1861, el año de la unificación, tenía la posibilidad de pedir la ciudadanía italiana. No obstante, con las recientes regulaciones, solo aquellos que posean al menos un padre, madre, abuelo o abuela nacidos en Italia y que vivan en el extranjero cumplen con los requisitos para solicitar la nacionalidad. Esta limitación generacional restringe la transmisión de la ciudadanía a la segunda generación de descendientes.

Efectos en América Latina

Esta modificación tiene un efecto significativo en naciones de América Latina como Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, donde entre los siglos XIX y XX se estableció una gran diáspora italiana. Por ejemplo, en 2024, cerca de 30,000 argentinos adquirieron la ciudadanía italiana, evidenciando el profundo vínculo entre Italia y América Latina.

Esta reforma tiene un impacto notable en países de América Latina como Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela, donde se estableció una considerable diáspora italiana entre los siglos XIX y XX. Por ejemplo, en 2024, alrededor de 30,000 argentinos obtuvieron la ciudadanía italiana, reflejando la fuerte conexión entre Italia y América Latina.​

El gobierno de Italia argumenta que estas modificaciones sirven para «prevenir abusos» y asegurar que la ciudadanía represente una conexión significativa. Antonio Tajani, el Ministro de Relaciones Exteriores, destacó que «la ciudadanía debe ser tomada con seriedad». Asimismo, las autoridades intentan armonizar los criterios italianos con los de otros países europeos y liberar recursos consulares para centrarse en aquellos que tienen vínculos genuinos con Italia.

Transición y acciones complementarias

Los trámites para el reconocimiento de ciudadanía se concentrarán en una oficina especial en Roma, desvinculándose de las actividades consulares convencionales. Esta oficina está programada para estar totalmente operativa dentro de un año, con el propósito de aumentar la eficiencia y disminuir la carga administrativa en los consulados.

Los procedimientos de reconocimiento de ciudadanía se centralizarán en una oficina específica en Roma, separándose de las funciones consulares tradicionales. Esta oficina tiene previsto comenzar a operar plenamente dentro de un año, con el objetivo de mejorar la eficiencia y reducir las cargas administrativas en los consulados.​

Excepciones y medidas complementarias

Aunque las nuevas reglas son más restrictivas, aquellos que hayan iniciado el trámite antes del 27 de marzo de 2025 mantendrán los criterios anteriores. Además, se implementarán medidas para que los italianos residentes en el exterior mantengan vínculos activos con Italia, como participar en procesos electorales, renovar documentos oficiales o registrar nacimientos en el país. De no cumplir con estas acciones cada 25 años, los descendientes podrían perder la posibilidad de solicitar la ciudadanía en el futuro.​